Por ello, el Sida es la causa número uno de muerte entre los adolescentes en África y la segunda causa de muerte entre ese sector de edad en todo el mundo. Mientras que en estos quince años otros grupos de población han visto disminuir las muertes por la infección, entre los adolescentes la mortalidad no desciende. La region con mayor prevalencia es el África subsahariana, donde las niñas están mucho más afectadas, ya que representan 7 de cada 10 nuevas infecciones entre los jóvenes de 15 a 19 años.
Sin embargo, entre los adolescentes de esa edad en la región, solo 1 de cada 10 ha sido sometido a la prueba del VIH. Unicef advierte, en consecuencia, de la importancia del diagnóstico temprano del virus y apunta que nuevos datos señalan que la mayoría de los bebés no son sometidos a pruebas de detección. Según los datos recabados en el estudio “Statistical Update on Children, Adolescents and AIDS” (Actualización estadística sobre los niños, los adolescentes y el Sida), menos de la mitad de los niños menores de 2 meses de edad han sido sometidos a la prueba del VIH.
Más allá, solo 1 de cada 3 de los 2,6 millones de niños menores de 15 años que viven con el VIH recibe tratamiento. Además, los nuevos datos apuntan que la mayoría de los adolescentes que muere por enfermedades relacionadas con el Sida han contraído el VIH de niños, hace 10 a 15 años, cuando un número menor de mujeres embarazadas y madres que viven con el VIH recibían medicamentos antirretrovirales para prevenir la transmisión a su hijo.
Respecto de las transmisiones de madre a hijo, desde el año 2000 se han evitado casi 1,3 millones de nuevas infecciones, en gran parte debido a los avances en la prevención de este tipo de transmisión. En 2014, 3 de cada 5 mujeres embarazadas con VIH recibieron tratamiento antirretroviral para prevenir la transmisión del virus a sus bebés.
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