El gobierno de Donald Trump amenaza con tomar medidas "económicas fuertes y rápidas" si el líder venezolano Nicolás Maduro continúa con su plan de reescribir la constitución sin la aprobación de un plebiscito y consolidar su poder sobre las pocas instituciones que quedan fuera del control del chavismo.
Un alto funcionario de su administración anunció que "todas las opciones están siendo discutidas y debatidas", lo que implica que Trump podría usar la dependencia de Venezuela de sus exportaciones de petróleo a los Estados Unidos como una forma para presionar a Maduro para detener la asamblea constitucional del 30 de julio.
La medida que asoma como más evidente es la imposición de nuevas sanciones contra funcionarios chavistas. En febrero, Washington apuntó contra el vicepresidente venezolano, Tareck el Aissami, acusándolo de desempeñar un papel importante en el narcotráfico internacional. En mayo, sanciones a ocho magistrados del Tribunal Supremo de Justicia que votaron a favor de una sentencia que despojó a principio de año de sus últimas competencias a la Asamblea Nacional, donde la oposición es mayoría.
En ese sentido, el senador republicano Marco Rubio, que ha trabajado con la administración Trump en temas latinoamericanos, ha indicado varias veces que cree que los Estados Unidos se están preparando para actuar contra Diosdado Cabello, el poderoso vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela acusado de vínculos con el narcotráfico. "Cabello es el Pablo Escobar de Venezuela", aseguró Rubio este miércoles durante una sesión especial de la Comisión de Relaciones Exteriores en el Senado.
¿Son efectivos estos avances sobre figuras claves del chavismo? Los expertos venezolanos señalan que no está claro si los altos funcionarios son vulnerables a estas medidas, pero sostienen que ampliar la lista de sancionados a lo largo de la jerarquía militar podría obligar a algunos oficiales a reconsiderar el costo de su apoyo al oficialismo.
Sin embargo, las represalias de Washington hacia Caracas podrían tocar su fibra más frágil: los petrodólares. "Nada está fuera de la mesa", insistieron desde el Departamento de Estado, en una conferencia en la que participó Infobae. Cortar las importaciones estadounidenses es, claro está, un arma más poderosa y arriesgada, capaz de generar un caos más amplio en Venezuela y dar una poderosa estocada al régimen chavista.
Los Estados Unidos son la principal fuente de divisas para mantener a flote al gobierno chavista. Venezuela le vende una media de 700.000 barriles diarios de petróleo, alrededor de la mitad de sus exportaciones totales.
Debido a que gran parte de la otra mitad sirve como pago de la deuda contraída con China, un recorte total de las exportaciones a Estados Unidos reduciría los ingresos del gobierno venezolano en un 75%, explicó el diputado y economista Ángel Alvarado.
El petróleo venezolano representa alrededor de 10% de las importaciones de hidrocarburos de los Estados Unidos, lo que significa que un recorte podría tener un impacto en los precios de la gasolina para los consumidores y las refinerías estadounidenses.
Miguel Tinker Salas, profesor de estudios latinoamericanos del Pomona College de California, consideró que los funcionarios estadounidenses probablemente teman que cualquier interrupción en el mercado del petróleo aumentará los precios en los Estados Unidos. Además, hay escepticismo sobre si las sanciones económicas son un medio eficaz de fomentar una apertura política. "Se ha hablado mucho de aumentar las apuestas sobre Venezuela, pero lo único que no han tocado son las importaciones de petróleo", añadió.
Tres refinerías en Texas y Louisiana procesan crudo venezolano. La semana pasada, el presidente del puerto de Corpus Christi, Texas, indicó en una carta a Trump que poner restricciones al crudo venezolano podría tener un impacto "significativo" en esas refinerías.
Sin embargo, Antoine Halff, experto en mercados petroleros de la Universidad de Columbia, dijo que debido a que las importaciones de crudo de Venezuela han bajado y hay grandes existencias de crudo en Estados Unidos y en todo el mundo, la prohibición del crudo venezolano no tendría un efecto importante sobre los precios y los despachos para los automovilistas estadounidenses. "Una prohibición no causaría ningún déficit en la oferta", acotó.
Mientras que la merma de los ingresos petroleros en Venezuela podría debilitar al régimen de Maduro, también podría producir un colapso similar en el Estado, donde hombres armados de los colectivos chavistas ya vagan impunemente, y decenas de miles han huido del país.
No obstante, por ahora los avances de los EEUU para intentar restaurar los principios democráticos han sido respondidos por el régimen con un endurecimiento de las posturas. Si Venezuela puede aguantar un freno de importaciones, luego de que el régimen cubano haya sobrevivido a décadas de bloqueo, dependerá de su capacidad de ubicar el crudo en otros mercados.
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