Soy un hombre de 49 años con fuertes antecedentes familiares de arteriopatía coronaria. A pesar de que antes solía competir en triatlones, ahora ya no tengo la energía y
con facilidad me falta el aire. ¿Debería preocuparme por ello? Tampoco
tengo mucho tiempo para hacer ejercicio, de manera que solo corro cinco o
seis millas, una o dos veces por semana. ¿Sería mejor otro tipo de
ejercicio para alguien en mi situación?
RESPUESTA:
Con antecedentes familiares como los suyos, sumado a lo que suena
menor capacidad para hacer ejercicio, sería bueno para usted acudir
donde un cardiólogo que evalúe su situación. Se le pueden hacer exámenes para ver si tiene problemas cardíacos que necesitan abordarse. Además, el cardiólogo puede evaluar su rutina de ejercicio y otros problemas del estilo de vida que tal vez afecten la salud de su corazón.
La arteriopatía coronaria se presenta cuando los principales vasos sanguíneos que llegan al corazón, o sea las arterias coronarias, se
dañan o enferman; eso generalmente ocurre debido a la acumulación de
depósitos que contienen colesterol, conocidos como placa, o por
inflamación.
Muchos factores pueden aumentar el riesgo de arteriopatía coronaria,
entre ellos, los antecedentes familiares. Esto es particularmente cierto
cuando algún pariente cercano desarrolló enfermedad cardíaca a temprana edad. El
riesgo tiende a ser mayor cuando se diagnostica la enfermedad en el
padre o en un hermano antes de los 55 años, o la desarrolla la madre o
una hermana antes de los 65 años.
A fin de realizar su evaluación, el médico empezará por un examen
físico, seguido por la revisión del peso e índice de masa corporal y la
solicitud de varios análisis de sangre habituales, incluido un panel de
lípidos para saber sus niveles de colesterol.
Debido a sus antecedentes familiares, el médico posiblemente también solicite una exploración por tomografía computarizada (TAC) del corazón. Ese examen puede ayudar a determinar si existe alguna acumulación en las arterias coronarias.
Según cuáles sean los resultados de la exploración por tomografía
computarizada, podría también necesitarse otro examen, llamado angiografía coronaria, que utiliza rayos X para ver las arterias coronarias.
Una prueba de esfuerzo también podría ser adecuada en su caso. En dicho examen, el equipo de atención médica sigue la frecuencia cardíaca, la presión arterial y el ritmo cardíaco
mientras usted camina o corre sobre una cinta de andar. Los resultados
sirven para determinar la capacidad de hacer ejercicio y revelan si
existe un problema cardíaco o pulmonar que necesita evaluarse más a
fondo.
El programa de ejercicios correcto para usted depende muchísimo de su
historial de salud y de otras enfermedades que padezca, así como de los
resultados de la valoración cardíaca. No obstante, en general es
preferible distribuir una variedad de ejercicios durante toda la semana
que hacer solo uno o dos días de la misma actividad de alta intensidad,
como la que usted describe que actualmente es su rutina normal.
Considere diversificar el ejercicio para incluir no solamente carreras, sino otras actividades, tales como ciclismo, natación y levantamiento de pesas.
Al hacerlo, se ejercitan los músculos de manera diferente y eso
maximiza el efecto del ejercicio sin dañar las rodillas, ni las caderas
ni otras articulaciones, que es un problema común para los corredores de
su edad. Si desea mejorar su capacidad de ejercicio, el mejor método es
incorporar 30 minutos diarios de actividad física en su horario, además
de una corta caminata intensa de 10 a 15 minutos en otro momento del
día.
La alimentación también puede repercutir mucho sobre la salud del corazón. Revise su alimentación con el cardiólogo
para ver si alguna área puede mejorar. Evite al máximo posible los
alimentos fritos y la comida grasosa, reduzca al mínimo el exceso de
azúcar y restrinja el alcohol. Concéntrese en ingerir verduras y frutas,
carnes magras y cereales integrales.
Si colabora con un cardiólogo, usted puede valorar su riesgo de
sufrir arteriopatía coronaria, crear un plan para reducir o minimizar el
riesgo, y descubrir maneras de hacer ejercicio que le permitan
conservar la salud cardíaca ahora y en el futuro.
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